domingo, 19 de febrero de 2017

Seguro mató a confianza

2017, un nuevo año, sería una mala agradecida si diría que no comenzó con el pie derecho, descubrí que finalmente había logrado cerrar tantos ciclos, heridas, puertas y ventanas que tenía abiertas mucho tiempo atrás.


Dejar ir a ciertas personas nunca será fácil, siempre pesarán los recuerdos y con mayor fuerza si esas personas aún están presentes. Realizar esos cierres es necesario para avanzar, para cambiar y para llegar a esa meta que tenemos proyectada, no es sencillo, duele, dudamos muchas veces si es lo correcto, pero muy en el fondo sabemos que es lo mejor porque no somos los mismos que en un momento dimos entrada a esas personas, no pensamos igual, no tenemos los mismos ideales, tenemos una visión muy diferente de la vida y simplemente encajar es una cuestión de conflicto cuando antes era una situación natural.


Con esos cambios, hemos aprendido, hemos identificado qué queremos, cuándo lo queremos, por qué y para qué lo queremos, sabemos nuestros límites y los definimos perfectamente, sin embargo, no es taaaaaan natural como quisiéramos, sí tenemos más confianza en nosotros, tenemos más carácter, más fuerza, pero como todo en la vida, continuamos con aquellas características propias que nos hacen, a veces, muy buenos seres humanos y otras unos completos pendejos.



Mi punto flaco es mi buena fe, creer ciegamente hasta que me demuestren lo contrario, ser tan libro abierto, mostrar sin tapujos, vivir en la línea de “esto es lo que hay”, eso y ser noble o ilusa al pensar que de los demás recibiré en igual medida. Unas veces me ha ido bien, me he topado con personas con los mismos cojones para decir, sí este soy yo, si te sirve o no, no importa, no lo cambiaré ya que soy feliz así. No obstante, han sido otros bien maquiavélicos, que sólo buscan su fin, para ello se centran en saber quién eres, únicamente para mostrarte aquello que quieres y ya uno completamente confiado accede a eso.

Por lo anterior, me he puesto a pensar si valdrá la pena aplicar aquello de “seguro mato a confianza”, esto conllevaría, de nuevo, a proteger eso que soy con cuanto muro, coraza y muralla existente; aunque, hacerlo sería retroceder años atrás, volver a ser únicamente un ser racional, encerraría, otra vez, mi posibilidad de sentir, de expresar mis emociones, sensación que me ha hecho sentir libre, ser yo, me ha quitado muchos pesos de encima y hasta podría decirse ha eliminado la posibilidad de morirme de cáncer por no expresar a tiempo todo aquello que pienso y siento.

Entonces, para algunos pueden aplicar eso de “seguro mato a confianza”, otros “precavida más no prevenida”, mi posición personal, viva, sea, exprese, ame, ilusiónese, entregue, sea fiel a usted mismo, a sus instintos; al fin y al cabo, si lo decepcionan quienes pierden son los demás por no valorar ese maravilloso ser humano que es usted. Ahora, en el aspecto sentimental, nunca debemos olvidar que el amor es propio, si el otro no lo quiere recibir, simple y sencillamente se guarda para aquel que sí lo valore.
En conclusión, tarde o temprano llegarán esas personas transparentes como nosotros, con los demás el mismo instinto nos hará desconfiar, así que relax.