2017, un nuevo año, sería una mala agradecida si diría que
no comenzó con el pie derecho, descubrí que finalmente había logrado cerrar
tantos ciclos, heridas, puertas y ventanas que tenía abiertas mucho tiempo
atrás.
Dejar ir a ciertas personas nunca será fácil, siempre
pesarán los recuerdos y con mayor fuerza si esas personas aún están presentes.
Realizar esos cierres es necesario para avanzar, para cambiar y para llegar a
esa meta que tenemos proyectada, no es sencillo, duele, dudamos muchas veces si
es lo correcto, pero muy en el fondo sabemos que es lo mejor porque no somos
los mismos que en un momento dimos entrada a esas personas, no pensamos igual,
no tenemos los mismos ideales, tenemos una visión muy diferente de la vida y
simplemente encajar es una cuestión de conflicto cuando antes era una situación
natural.
Con esos cambios, hemos aprendido, hemos identificado qué
queremos, cuándo lo queremos, por qué y para qué lo queremos, sabemos nuestros
límites y los definimos perfectamente, sin embargo, no es taaaaaan natural como
quisiéramos, sí tenemos más confianza en nosotros, tenemos más carácter, más
fuerza, pero como todo en la vida, continuamos con aquellas características propias
que nos hacen, a veces, muy buenos seres humanos y otras unos completos
pendejos.

Mi punto flaco es mi buena fe, creer ciegamente hasta que me
demuestren lo contrario, ser tan libro abierto, mostrar sin tapujos, vivir en
la línea de “esto es lo que hay”, eso y ser noble o ilusa al pensar que de los
demás recibiré en igual medida. Unas veces me ha ido bien, me he topado con
personas con los mismos cojones para decir, sí este soy yo, si te sirve o no,
no importa, no lo cambiaré ya que soy feliz así. No obstante, han sido otros
bien maquiavélicos, que sólo buscan su fin, para ello se centran en saber quién
eres, únicamente para mostrarte aquello que quieres y ya uno completamente confiado
accede a eso.
Por lo anterior, me he puesto a pensar si valdrá la pena
aplicar aquello de “seguro mato a confianza”, esto conllevaría, de nuevo, a
proteger eso que soy con cuanto muro, coraza y muralla existente; aunque,
hacerlo sería retroceder años atrás, volver a ser únicamente un ser racional,
encerraría, otra vez, mi posibilidad de sentir, de expresar mis emociones,
sensación que me ha hecho sentir libre, ser yo, me ha quitado muchos pesos de encima
y hasta podría decirse ha eliminado la posibilidad de morirme de cáncer por no
expresar a tiempo todo aquello que pienso y siento.
Entonces, para algunos pueden aplicar eso de “seguro mato a
confianza”, otros “precavida más no prevenida”, mi posición personal, viva,
sea, exprese, ame, ilusiónese, entregue, sea fiel a usted mismo, a sus
instintos; al fin y al cabo, si lo decepcionan quienes pierden son los demás
por no valorar ese maravilloso ser humano que es usted. Ahora, en el aspecto
sentimental, nunca debemos olvidar que el amor es propio, si el otro no lo quiere
recibir, simple y sencillamente se guarda para aquel que sí lo valore.
En conclusión,
tarde o temprano llegarán esas personas transparentes como nosotros, con los
demás el mismo instinto nos hará desconfiar, así que relax.