Así se titula una de mis canciones
favoritas de la Oreja de Van Gogh, no la escucho mucho porque cada que lo hago
rompo en lágrimas y no es muy yo estar triste, soy una persona muy feliz casi
todo el tiempo.
No sé si con el paso de los años
somos más conscientes que mientras unos empezamos la ruta, otros ya la están terminando, entonces cada cumpleaños
es una mirada al pasado, al presente y al futuro. Hay quienes aman este día,
hacen de él un evento, se encargan que cada persona a su alrededor se entere
que es su cumpleaños y eso es motivo de felicidad.
En mi caso nunca me gustaron
mucho, ponerme más vieja, con más responsabilidades y sobretodo tener más
enfrente mi vida y lo que estoy haciendo con ella. Para muchos, voy muy bien, a
otros les da igual, unos cuantos no me reconocerían, para una minoría debería
estar haciendo otra cosa, pero para mi cada cumpleaños es una cantidad de
sentimientos encontrados que me apabullan, me confunden y me asustan. Quienes
me conocen dirán que el 80% del tiempo soy una mujer valiente, pero con los
últimos cumpleaños hay un miedo que crece, no logro enfrentarlo, racionalizarlo
o simplemente olvidarlo.
Esta sensación que por cada año
que cumpla sera un año más cerca de no tener a las dos personas que más amo en
esta vida, simple y sencillamente porque como dije al inicio, yo recién comencé
mi ruta y ellos la están acabando.
Entiendo que todo en esta vida es
un ciclo y que nadie es eterno, pobre moriría de aburrimiento, se que muchos a
mi alrededor han perdido a estos seres amados y su vida ha continuado, pero a
mi me aterra la idea, me hace sentir pequeña, frágil, sensible y por ello es
que cada vez saco más excusas para estar a su lado, porque no sabré hasta
cuando podré hacerlo, pero si quiero estar tranquila que cada acontecimiento
importante de mi vida lo viví en presencia de ellos.

No sé el por qué del nacimiento
de este miedo, quizá porque en los últimos años he visto perder a muchos seres
queridos a personas cercanas y eso al igual que mi cumpleaños, me congela, me
deja muda, increíble que una persona como yo, la cual no se puede estar
callada, encuentre la ausencia de palabras. Es la verdad, me afecta, me da
pánico, ansiedad asistir a un velorio, porque es el recordatorio que en algún
momento me tocará a mi y si la mera idea me pone mal, no sé que haré el día que
suceda.
Para quienes me conocen, sabrán
de que dos personas habló, ellos son mi luz, son mi fuerza, mi motivación, mi
todo, unos se mueven por los padres, los hermanos, otros por el novio, yo me
muevo por estos dos seres humanos, no debería hacerlo, debería moverme por mi
misma, pero qué hago si estas dos personas han sido las que siempre me han
tenido fe, me han impulsado y han tenido una confianza ciega en que puedo. No
me imagino el día en que por rutina me encuentre haciendo mi llamada cotidiana
y me de cuenta que ya nadie me contestará, que no tendré esa bendición diaria,
ese amor telefónico que a distancia lo siento tan cerca, no tener esas dos
personas sería en definitiva algo que no sabría como afrontar, incluso, no
sabría si pasados los años no me sentiría como me siento cada que cumplo años.
Nuevamente mi cumpleaños, ya no
falta un año, si mucho un mes y yo no quisiera cumplirlos, no quisiera
enfrentarme a estar un año más cerca de esto que tanto me aterra, sé que no
debería pensar en ello, pero no suelo hacer lo acostumbrado, por eso lo
escribo, para hacerlo más real, para compartirlo con el mundo, quizá haya una
persona con mi mismo miedo, habrás muchos más valientes, otros indiferentes, no
obstante, el mero hecho de verbalizarlo lo hace más real, me conflictua menos y
quien quita me permita disfrutar este cumpleaños.