La liberación femenina nos está costando muy caro, nos
cambió el chip a nosotras, pero no a la sociedad, seguimos en un mundo
machista, chapado a la antigua y sin esperanzas de evolucionar, entonces, ¿Qué
queda para nosotras?, ¿volvernos bipolares?, ¿hacernos las brutas o como dicen
algunas “ser astutas”? no pues, si a duras penas logramos ser la mejor versión,
ahora imagínense tener que ser dos.
“Somos mujeres y no nos rendimos”, con ese tipo frases nacimos
muchas y hoy estamos pagando las consecuencias, ¿Cuáles?, somos unas berracas
para trabajar, conseguir lo que queremos, escalar laboralmente hablando, somos
más competitivas, independientes, nos encantan los retos, brillamos en nuestras
profesiones, sin embargo, en el planeta del amor, debemos ser sumisas, esperar,
olvidarnos de los retos, de competir, de conquistar, mejor dicho, debemos dejar
que el hombre sea quien haga todo, en términos psicológicos, nos polarizamos en
el masculino y dejamos atrás el femenino… Díganme quien en su sano juicio no se
confunde, por eso mi renuncia, amo ser una mujer que se fija una meta y la
consigue, me gustan los retos, valerme por mi misma, no le veo ningún reparo en
llamar, buscar, invitar, incluso conquistar y por eso estoy soltera, por eso
los hombres se intimidan, creen que estoy desesperada o peor que me creo
inalcanzable. Aunque, me he encontrado con aquellos valientes que dicen
gustarle una mujer de armas tomar, a la hora de verdad, es puro cuento, no sé
qué pasa en sus mentes, pero si al inicio llama la atención, en pocos días
llega el desencanto y van en búsqueda de una mujer más normalita, también creen
que pueden conseguir sexo más fácil y al no obtenerlo, igual se van. Entonces, renuncio,
me declaro impedida, incluso hasta podría empezar hacerme el lavado de cerebro
para ser la tía solterona y con plata.
Hace unos años Isabella Santodomingo publicó el libro “Los
caballeros las prefieren brutas”, en resumen decía que las mujeres solitas
nos cortamos la cabeza en el momento de liberarnos, toda vez que nuestra única labor
era la familia; ahora es el hogar, la oficina, la relación, la belleza, los
hijos, etc. y que los hombres seguían desempeñando el mismo trabajo de siempre,
ser proveedor y compañero, por ello debíamos ser inteligentes y seguir en ese papel de
señoras del hogar pero nuestros éxitos profesionales dejarlos para nosotras
mismas, mejor dicho una independencia enclosetada. Intenté de todo corazón
hacerme la bruta, no fui capaz, de verdad las mujeres que logran tener esa doble
personalidad son unas genios, a mí eso no se da, me hago bolas, me confundo y
por lo general la termino embarrando. No sé si es porque soy demasiado
transparente, sincera, o qué, pero de verdad, no sirvo para hacerme la difícil,
para esperar que me llamen, me busquen, en fin; luego de varias estrelladas con la
realidad, de preguntarme una y mil veces ¿Por qué se evoluciona en unos ámbitos
y en otros no?, me dije: “mi misma, nos vamos a quedar solteronas o hacemos
algo con esto”, mis amigas pusieron el grito en el cielo, que estaba muy joven,
que me relaje, que yo era lo máximo, pero en el momento en que les relate la manera
como uno a uno los sujetos se alejaron sin razón aparente, comprendieron mi
punto. Ahora, no es que ya encontrado la solución o tenga la ecuación, recién
vi el problema, estoy en pro de aceptarlo y ojalá la vida me ilumine el camino
para llegar a feliz término, ya que, de verdad, uno también tiene su corazoncito
y la vida es mucho más bonita de a dos.
Para aquellas que aman ser la mujer maravilla, las apoyo, es
duro, pero amen su carrera, trabajen, luchen, al fin y al cabo, esta no se
levantará al día siguiente a decirles que no las quiere, se sentirán unas
berracas casi el 90% del tiempo, podrán reírse de la cara de incomodidad de la
mujer al lado de su mesa esperando que el hombre pague la cuenta, tendrán
disponibilidad completa para hacer con su vida lo que quieran sin tener que
contar con nadie, podrán enamorarse una noche de un desconocido y al día
siguiente no tendrán sentimientos encontrados, podrán viajar con quien quieran
y a donde quieran, las posibilidades son infinitas. Yo que ya lo viví es la
libertad en su mayor expresión, pero ahora quiero algo más.
A los hombres, se que no van a cambiar, que ya toca quererlos así, pero de todo corazón, en vez de asustarse por el exito femenino, disfrutenlo, al fin y al cabo por mas brillante que seamos profesionalmente siempre nos derretimos con los pequeños detalles que ustedes traigan a nuestra vida.
A los hombres, se que no van a cambiar, que ya toca quererlos así, pero de todo corazón, en vez de asustarse por el exito femenino, disfrutenlo, al fin y al cabo por mas brillante que seamos profesionalmente siempre nos derretimos con los pequeños detalles que ustedes traigan a nuestra vida.
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