domingo, 19 de noviembre de 2017

Del coqueteo en redes sociales y otras cosas que no entiendo...

Estamos en la época de la conquista por redes, a través de un dispositivo móvil, un computador o una Tablet, pero del cara a cara, pocón pocón, es más ya se me olvidó la última vez que me halagaron en un café, restaurante, incluso en el metro.


Ahora, de las redes sociales a las que me refiero son las básicas, Facebook, Instagram y Twitter, porque eso de Tinder, Happn, Suggar Daddy, Adopta un man y sus similares, mi única interacción en ellas ha sido sus anuncios en las páginas web que frecuento, pero no porque las satanice, no esté de acuerdo con ellas, o algo por el estilo, no, simple y sencillamente, porque no van conmigo, es decir, ¿qué te puede decir una foto acerca de alguien? ¿Así de básicos nos volvimos? ¿Ya somos sólo superficie y nada de sustancia? Ahora, digamos que hay mach, ¿Qué sigue? ¿La entrevista de estudias, trabajas, gustos, etc.? Que poca emoción y que falta de todo.




Personalmente y sin ánimo de ser llevada a la orca, mil veces prefiero sentarme frente a alguien, mirarlo fijamente a los ojos e intentar descubrir que pasa por su cabeza, adoro tener la incertidumbre sobre si el gusto es mutuo, me gustan los nervios al irme al baño o retirarme del sitio y ver si la persona se queda mirándome o no. En fin, digamos que prefiero el café tostado en cafetera de goteo a un café instantáneo.
Pese a todo lo anterior, no soy una cavernícola alejada de toda la tecnología, no, de hecho, la amo y es un extensión de mi ser, sin embargo, hay algo que no entiendo, digamos que te gusta alguien, han salido una que otra vez, se está en la fase exploratoria y existen redes sociales, mismas en las que cada like, cada me encanta, me divierte, me entristece y demás, tienen un significado, uno que yo no entiendo, ahí sí que alguien me envíe el manual para sobrevivir al amor en los tiempos modernos, porque abiertamente me declaro impedida. Supuestamente es importante que esta persona de señales de vida interactuando con tus fotos, publicaciones y demás vainas varias, nuevamente, no entiendo. A ver, si antes de todo esto ya existía el Messenger, donde la manera de llamar la atención de los tímidos era conectarse y desconectarse, la de los valientes era saludar y la de los atrevidos era enviar zumbidos, ¿qué nos pasó? Por qué retrocedimos? Íbamos muy bien, incluso, podría llegarse a pensar que quienes usábamos Messenger en nuestra adolescencia, hoy somos adultos jóvenes quienes debemos tener la capacidad de ir por aquello que nos interesa, pero no, al parecer con un like es suficiente, en serio, que falta de todo.

Y se los pongo más interesante, soy mujer, en este panorama y a causa del machismo, debo hacerme la interesante, hacerme desear, no mostrar el hambre, hacerme extrañar, ¿Por qué? Sencillo, porque por más revolución que hagamos seguimos rodeadas de sujetos muy interesantes, pero con gustos bastantes peliculares, esos de soy un hombre valioso, interesante, inteligente, con metas, pero, me encanta la Barbie, cuál es el miedo a la mujer real, aquella que también es inteligente, interesante, centrada, estudiada, culta, pero al mismo tiempo es vanidosa, se cuida, es femenina… No es miedo, es pánico, es pavor, es una ceguera comunitaria donde pareciera que no ven que para lograr su imperio necesitan la mejor socia y esa en definitiva no es la Barbie, a menos que tenga el chip de “Mujer que no gasta, hombre que no progresa”. Con todo respeto, yo me salgo de ese paquete, prefiero estar construyendo mi imperio rodeada de personas igual o más interesantes que yo, donde pueda ser yo misma, así irreverente, a veces, imprudente, pero siempre con los ojos puestos en la meta.




Finalmente, si bien no entiendo esa mecánica del coqueteo en redes, prefiero ir a lo simple, por más likes tuyos que tenga en mis timelines, si no haces el esfuercito en esa bella aplicación llamada chat (Cualquiera que sea) para por lo menos enviar un hola, sabré que no es que seas muy interesante o estés muy ocupado, lo tuyo sencillamente es falta de interés y por ende a mí, no me interesas.

domingo, 1 de octubre de 2017

Sobreviviendo un domingo

Domingo, ultimo día del fin de semana, previo al tan odiado lunes, sin embargo, con todo lo que es un lunes, sigue siendo más difícil un domingo.
¿Qué lo hace tan tormentoso? Parte de ello radica en la pereza de empezar una nueva semana, aunque las más de las veces nunca estamos pensando en el lunes, estamos pensando en lo que nunca debemos pensar, en aquello que más daño nos hace, incluso en eso que sabemos que si lo pensamos más días a la semana, terminaríamos en el hospital mental.

En esta sociedad feliz en que vivimos, donde estar triste es un delito y no se nos está permitido alargar un desamor, porque podemos viajar la tusa, ponerle color con mándalas, ayudarle a respirar con meditaciones, distraerla con el trabajo de los sueños, iluminarla con ángeles, terapiarla con el psicólogo o si esta muy llevado el siquiatra, quemarla en el gimnasio o en su defecto en un quirófano, pero lo que nunca, nunca, nunca podemos hacer es exteriorizar nuestro descontento y por eso es que nos da tan duro los domingos, sobretodo en invierno, piensen en esto, el viernes, salimos como chupos de guardería de nuestra vida adulta y lo único que queremos es dormir; el sábado, ya con las pilas cargadas, nos queremos comer el mundo, de hecho lo hacemos, en sentido figurado y de manera literal, sea porque apliquemos eso de cheatmeal o porque nos mandemos a cualquier desprevenido a la muela; el caso es que un sábado es fácil sobrellevarlo.
Al día siguiente, cuando nos despertamos, hacemos pereza, revisamos redes, investigamos sobre aquello que hicimos el día anterior y son tipo 3pm, comienza el calvario, aquel hámster en la cabeza se monta en esa rueda y que empiece la función, si tenemos pareja, fabuloso, se somete al pendejo de turno a nuestro antojo, pero, si estamos solteros o entusados, la cosa se pone fea. En la soltería, empieza el flagelo, las mil y una teorías de por qué estamos solos, qué nos falta, qué nos sobra, sí dejó de funcionar, qué cambiar, en fin, nos damos látigo y nada parece servirnos, mejor dicho, las canciones de Adele son himnos de la alegría al lado nuestro. Ahora, en la tusa, la cosa es peor, sea una tusa de una relación larga o de una corta, indistintamente, creemos que nos vamos a morir pero sin lograrlo, nos culpamos, lo culpamos, a veces hasta hacemos el oso y los buscamos, nada peor que buscar al suscrito un domingo, pobre del ser humano que lo haga, ya que, si logra un acercamiento, eso no llega ni al miércoles; ahora, en la otra barrera, si le sacan el jopo, duele más que si hubiera pasado un martes, todo lo anterior por ser domingo. En serio, el domingo deberían las empresas de telefonía poner restricciones a los mensajes que pasan por sus antenas a ver si evitamos tanto desastre dominical.
Las cosas que pasan por nuestras cabezas un domingo son de tal magnitud que cosemos el descosido, arreglamos el dañado, reparamos lo roto, sin saber que todo eso son pañitos de agua tibia, cinta adhesiva, nada definitivo, es más, caer un domingo es echar atrás todo lo que quizá hayamos logrado y por eso el taponazo es fatal.

Todo lo anterior en el plano personal, hablemos ahora de las reuniones familiares, todas son un domingo, justamente después de almuerzo, rara vez nos podemos salvar y que Dios nos coja confesados porque en su mayoría, por ser domingo y a menos que el tipo de turno sea la encarnación de Cristo, vamos solas. En estas bellas homilías nos encontramos con el reguero de primas ennoviadas, anilladas, casadas y todas casualmente felices, eso parece que les hubieran lavado el cerebro para ser la mujer moderna perfecta, profesional, fit, exitosa, mamá y uno a duras penas volvió a ser talla 8, brilla en la oficina, pero no en el amor, mamá, ja! Pero de sus gatos, peces y en su defecto de sus zapatos; las queremos, las odiamos, pero lo que esta claro, no las soportamos. Luego de estas, están las tías, aquellas sujetas que nos recuerdan que nos va a dejar el tren, que de tanto proclamar la liberación femenina ya parecemos unas libertinas y la más queridas preguntan, ¿Para cuándo el novio? O ¿Cuándo vamos asentar cabeza? Sentar cabeza, ¿Acaso es que la tenemos desviada? Ya cansadas de explicar nuestras metas en la vida, nos rendimos y preferimos reír para no llorar. Más adelante y eso para darnos tregua, llegan los seres más hermosos, las abuelas, para ellas somos simplemente perfectas, no necesitamos nada, si estamos ennoviadas, seremos felices, si somos solteras, se sienten orgullosas, divinas las abuelas. Después de dicho respiro, como traídos de los avernos, llegan los tíos, sea políticos o consanguineos, aquellos marginales quienes cada que nos ven se preguntan si nuestra profesión sirve para algo, posterior a ello, indican los muchos negocios de éxito que hubieran emprendido con el capital que le invertimos a nuestra educación; nosotras ya soportamos que nos digan solteronas a los 25, pero que se metan con nuestra profesión, eso sí es un golpe bajo.
Así que, con este panorama, nos sentamos en una esquina, recorremos redes sociales, stalkeamos, buscamos plan de escape, menos mal por ser domingo  nos podemos ir temprano, porque de aguantar más sabrá Dios si podremos llegar al lunes.    
Ya con la radiografía del domingo claro, mis años de soltería, mi familia disfuncional, las varias tusas que he pasado, me legitiman y me hacen competente para lo siguiente. Sólo son 24 horas y si durmió hasta el medio día, no serán más de 10, respire que todo va a estar bien.

Para el primer escenario, por lo más sagrado, no le escriba, aguántese, le prometo que eso se le va a pasar el lunes, nada peor que recaer por domingorrea, piense en esto, si no le escribieron el sábado que es el día chévere, menos le van a escribir un domingo. No es cuestión de orgullo, es cuestión de dignidad, si me hace caso, el lunes se sentirá un héroe. Ahora, si es mucha a la ansiedad, Netflix no ayuda, los libros menos, ya se cansó de colorear mándalas y de tanto meditar, levita. Simple, muchos, bastantes, millones estamos en las mismas que usted, esperando un mensaje de texto, así que busque a su mejor amig@, arme plan, cualquiera, es preferible pasar ansiedad acompañado que sólo, eso sí, ojala que su compañía le ayude a defender su dignidad, sino busque otro que si lo haga.


Salga, alguien me enseñó que los domingos son días comunes y corrientes, que todo el comercio está abierto, es más sus sitios favoritos tienen planes especiales para los domingos.
Viaje, dentro o fuera de la ciudad, lejos o cerca, aproveche que esta soltero y que no tiene que contar con la aprobación de nadie para conocer esos sitios a los que quiere ir, es más, puede llenar las redes de fotos, por un lado aplicará la teoría de estar bien en tiempo récord y por otro, será alguien más interesante.
Haga deporte, vaya al gimnasio, por ahí dicen que si el tipo te dejó de hablar, haz 500 sentadillas y 1000 abdominales, no hará que regrese, pero cuando te vea, se arrepentirá de haberte dejado ir. La actividad física genera endorfinas, estás nos hace felices, además con tanto cerro de Medellín, un paisaje diferente, ver la ciudad desde puntos más altos créame que es una experiencia maravillosa.

Consientase, regalese un día de Spa, coma lo que quiera, si no tiene fondos, hágalo en casa, hoy en día hay mucho tutorial que le permite no sólo cocinar rico, sino también implementar todo tipo de mascarillas, faciales, tónicos y demás pendejadas varias, mismas que el lunes cuando vea los resultados le harán más sencillo iniciar la semana.

Haga limpieza, abra esos cajones en los cuales ni recuerda cuanta chuchería tiene, bote todo aquello que no haya utilizado en el ultimo año, bueno si le da pereza moverse de la cama, limpie su pc, celular, tablet, ipad y demás. Esto abrirá sus panoramas, cerrará puertas, quizá encuentre fotos, cartas, cosas que ni sabía que tenía y quien quita que le alegren el día.

Maratonee, aproveche el día internacional de la pereza para ver esas series que tanto ha querido adelantar, cuadricule los ojos con esos placeres culposos que no se atreve a mencionar, dese gusto pidiendo el domicilio de su comida favorita y entréguese al placer banal de ver televisión.


Finalmente, si nada de esto le sirve, escríbame y miramos a ver que hacemos, porque los llevados somos más y no nos podemos dejar morir.

lunes, 4 de septiembre de 2017

"Cumplir un año menos..."

Así se titula una de mis canciones favoritas de la Oreja de Van Gogh, no la escucho mucho porque cada que lo hago rompo en lágrimas y no es muy yo estar triste, soy una persona muy feliz casi todo el tiempo.

No sé si con el paso de los años somos más conscientes que mientras unos empezamos la ruta, otros ya  la están terminando, entonces cada cumpleaños es una mirada al pasado, al presente y al futuro. Hay quienes aman este día, hacen de él un evento, se encargan que cada persona a su alrededor se entere que es su cumpleaños y eso es motivo de felicidad.

En mi caso nunca me gustaron mucho, ponerme más vieja, con más responsabilidades y sobretodo tener más enfrente mi vida y lo que estoy haciendo con ella. Para muchos, voy muy bien, a otros les da igual, unos cuantos no me reconocerían, para una minoría debería estar haciendo otra cosa, pero para mi cada cumpleaños es una cantidad de sentimientos encontrados que me apabullan, me confunden y me asustan. Quienes me conocen dirán que el 80% del tiempo soy una mujer valiente, pero con los últimos cumpleaños hay un miedo que crece, no logro enfrentarlo, racionalizarlo o simplemente olvidarlo.

Esta sensación que por cada año que cumpla sera un año más cerca de no tener a las dos personas que más amo en esta vida, simple y sencillamente porque como dije al inicio, yo recién comencé mi ruta y ellos la están acabando.

Entiendo que todo en esta vida es un ciclo y que nadie es eterno, pobre moriría de aburrimiento, se que muchos a mi alrededor han perdido a estos seres amados y su vida ha continuado, pero a mi me aterra la idea, me hace sentir pequeña, frágil, sensible y por ello es que cada vez saco más excusas para estar a su lado, porque no sabré hasta cuando podré hacerlo, pero si quiero estar tranquila que cada acontecimiento importante de mi vida lo viví en presencia de ellos.

Cumplir un año menos, eso dice la canción, crecer hasta que nací, volver a ese estado de inconsciencia tan característico de la infancia donde creemos que el tiempo, las personas y en general todo es eterno, no digo que quisiera un para siempre, pero estoy segura que en el momento que me falten necesitaré más tiempo. 

No sé el por qué del nacimiento de este miedo, quizá porque en los últimos años he visto perder a muchos seres queridos a personas cercanas y eso al igual que mi cumpleaños, me congela, me deja muda, increíble que una persona como yo, la cual no se puede estar callada, encuentre la ausencia de palabras. Es la verdad, me afecta, me da pánico, ansiedad asistir a un velorio, porque es el recordatorio que en algún momento me tocará a mi y si la mera idea me pone mal, no sé que haré el día que suceda.

Para quienes me conocen, sabrán de que dos personas habló, ellos son mi luz, son mi fuerza, mi motivación, mi todo, unos se mueven por los padres, los hermanos, otros por el novio, yo me muevo por estos dos seres humanos, no debería hacerlo, debería moverme por mi misma, pero qué hago si estas dos personas han sido las que siempre me han tenido fe, me han impulsado y han tenido una confianza ciega en que puedo. No me imagino el día en que por rutina me encuentre haciendo mi llamada cotidiana y me de cuenta que ya nadie me contestará, que no tendré esa bendición diaria, ese amor telefónico que a distancia lo siento tan cerca, no tener esas dos personas sería en definitiva algo que no sabría como afrontar, incluso, no sabría si pasados los años no me sentiría como me siento cada que cumplo años.
Nuevamente mi cumpleaños, ya no falta un año, si mucho un mes y yo no quisiera cumplirlos, no quisiera enfrentarme a estar un año más cerca de esto que tanto me aterra, sé que no debería pensar en ello, pero no suelo hacer lo acostumbrado, por eso lo escribo, para hacerlo más real, para compartirlo con el mundo, quizá haya una persona con mi mismo miedo, habrás muchos más valientes, otros indiferentes, no obstante, el mero hecho de verbalizarlo lo hace más real, me conflictua menos y quien quita me permita disfrutar este cumpleaños.

jueves, 25 de mayo de 2017

No quiero que seas mi novio

No me gustan las etiquetas, como diría Madonna, “te limitan”. Sin embargo, durante un tiempo una duda me estuvo dando vueltas lo suficiente como para tomarla en serio y definir por lo menos yo qué quiero.

Comencemos, constantemente conocemos personas, todas inician con una hoja en blanco y todas las posibilidades abiertas, pero, al pasar el tiempo, de acuerdo a sus características propias estas se van sesgando, encasillando, clasificando o etiquetando. Cuando esto pasa, podemos tener varias reacciones, aceptamos que esto es así y disfrutamos esa clasificación; tratamos de cambiarla o desistimos de nuestro plan con esa persona y la dejamos ir.


Como dije anteriormente, al inicio la hoja está en blanco, las posibilidades son infinitas y el cielo es el límite, incluso las etiquetas también son muchas, porque como leí alguna vez, el novio es una especie en vía de extinción y cada vez son más los términos para referirnos a las no-relaciones. Entonces, yendo en contra de mi propia filosofía, si bien no quiero que sea mi novio, tiene los méritos suficientes para permanecer en mi vida, así que podría llamarse, el mientras tanto, o acoger la teoría de las mandarinas, aquella que indica que mientras llega la media naranja, se van comiendo mandarinas.

Llegar a esta conclusión no fue fácil, de hecho, fue sometida a debate, en donde surgieron preguntas tales como, si no quieres que sea tu novio ¿Por qué sigues ahí?, ¿Y si te dice que seas su novia?, esta última me puso a pensar más, no porque no le tuviera respuesta, sino por lo automática de la misma, no quería ser la novia (léase con terror), entonces, si así era, ¿Qué quería?, sabía que quería continuar, pero si se acaba me dada igual, esa actitud conociéndome como me conozco, es lo menos yo del planeta, conforme que todos los susodichos que pasan por mi vida me los he imaginado como novios y cuando no me consideran material de novia, me cuestiono, así que, a este ¿Qué le pasó? ¿Qué le falta? ¿Algo le sobra?, otra vez pensando y comparando, por más odioso que sea, le encontré respuesta, le pasó, le faltó algo muy sencillo valorarme, en el preciso momento que dejo ver su carencia de valor, no sólo hacía mí, sino hacia el género femenino, entendí que yo no podría compartir algo tan bonito como es un noviazgo, con una persona así.

Mi tesis es la siguiente, sabemos y estamos acostumbrados a los hombres perros, don juanes, casanovas, los cuales tienen en común el excesivo detalle, ese ensalzar a la mujer de tal manera que se siente única e irrepetible. Sí, la mayoría después de conseguir su objetivo se van y se cae toda su parafernalia; pero, en la conquista son los mejores para inflar egos. Sin embargo, este no era el caso, su estrategia de conquista era bastante básica, por no decir que inexistente; no obstante, ese no era el problema, la cuestión de este asunto era que no se si por ser narciso, importaculista o un odio profundo hacía las mujeres, estas eran tratadas como objetos, te uso, te boto y ni me acuerdo. ¡Por Dios! ¿Cómo una mujer puede permitir eso con ella misma?, somos seres humanos y así estemos vacíos y nuestro único fin sea respirar, merecemos unos mínimos.

La anterior situación me llevo al imaginario de, siendo la novia de este sujeto, sería el “pobrecita” de muchas personas que lo conocen y eso es ir en contra de mi misma, ya que prefiero producir miedo que producir lastima, nunca quisiera estar con una persona que no reconozca el valor que tengo, que me vea como objeto o que vaya por la vida creyendo que el mundo gira a su alrededor. De sólo pensarlo me da gastritis.

Con todo lo anterior, dije, mi misma hora de partir, pero, pensé, estás joven, con el corazón blindado, ¡Ya que hptas! Lo peor que podría pasar que sería una tuza, pero al no tener los elementos necesarios para generar ni apego, ni sentimientos, por ende, no habría daño alguno, así que, aprovecha ese mientras tanto, porque con lo dura que esta la calle, no sabemos cuándo otra cosa deliciosa vuelva gustar.

Entonces, querido mientras tanto, si me estás leyendo, quiero que tengas la plena seguridad que no me enamoraré de ti, porque ya estoy muy enamorada de mí, además, sé que nunca reconocerás mi verdadero valor, porque tu deporte favorito y en el que eres campeón, es el subestimarme y que equivocado estás con todas las teorías que tienes de mí. Si bien iniciaste con el viento a tu favor, solito te encargaste de cambiar las fichas, vibraste en una frecuencia que no me permite más que planes a corto plazo y muy seguramente te diga adiós repentinamente cuando llegue alguien que sí valore quien soy, a parte de mi misma, claro.          

Para terminar, no todo sujeto es un objeto, pero las mujeres también los cogemos de parche y también podemos decir, yo no quiero que seas mi novio, te falta material.

lunes, 1 de mayo de 2017

¿Feminista?

Para quienes me han etiquetado de esa manera, de todo corazón, no sé si lo soy, no porque carezca de una posición frente al papel de la mujer en el mundo, sino porque las más de las veces he visto de forma exagerada como se utiliza este pensamiento, sea para atacar al género opuesto o para hacerse las morrongas aprovechadas.
Considero que exageran porque pareciera que odiaran a los hombres, o que se valen de su posición de mujer y la supuesta inferioridad con las que son tratadas para pasar por encima de los demás o conseguir quien sabe qué, por el sólo hecho de ser mujer, tampoco estoy de acuerdo con aquello de la doncella en apuros esperando que el príncipe azul las rescate, esa actitud esta mandada a recoger desde el mismo momento en que una mujer demostró su capacidad para ser independiente y brillar por sus propios méritos.
Menos entiendo cuál es el fin de situarse tras bambalinas en una relación, nada de “tras de una gran hombre, hay una gran mujer”, evolucionen, al lado de un gran hombre, hay una gran mujer, es el momento de ser valientes, de no quedarnos calladas, no sólo con los grandes retos que enfrentamos, sino con los pequeños también, comenzar nunca es fácil, pero es mucho más sencillo cuando logramos mirar a los ojos a un hombre, sentirnos en equidad y poder decir con toda franqueza que es un amor o que es un perfecto idiota, sin ser clasificadas como dramáticas, empeliculadas o demás, ya que, únicamente estamos haciendo uso de nuestro derecho a libre desarrollo de nuestra personalidad y dicha etiqueta podría ser usada como ofensa a nuestra forma de pensar.
Tampoco le encuentro misterio alguno en decir a viva voz que nos gusta el sexo, que lo necesitamos, que a veces tampoco nos enamoramos, que no siempre estamos buscando al marido con quien vivir en la casa de reja blanca, nosotras también los cogemos de parche, también nos aburrimos y las más valientes también los abandonamos. No por ello es el fin del mundo, porque de la misma manera que ustedes, tenemos todo el derecho de expresarnos. He visto muchas mujeres hacerse las morrongas, siguiendo aquella frase de “los caballeros las prefieren brutas”, por favor, sólo un cobarde preferiría a una mujer bruta, por ende, la mujer que se encuentre con un tipo de semejante estupidez siéntase afortunada de no tenerlo más en su panorama, un hombre de verdad quiere una coequipera que salga adelante, que tenga metas propias, que no le de miedo y que juntos puedan hacer un proyecto de vida, ya que, este hombre entendió que si prefiere a la bruta, esta no será más que un adorno en la casa, bastante costoso por cierto.

Estoy de acuerdo con aquellas mujeres que van por lo que quieren, sea un trabajo, una profesión, un hombre, un hijo, un ideal o cualquier situación que la mueva por dentro, personalmente, me enorgullezco de decir que soy brillante en lo que hago, que amo mi independencia, no la cambio por nada; así muchas se escandalicen y digan que me quedare solterona o que el género opuesto va a salir corriendo, no tengo ningún problema en lanzarme a la tarea de enamorar a un hombre, de llamarlo, proponerle los planes, decirle mis sentimientos, también cantarle la tabla. Soy partidaria de dejar las teorías atrás, de ser nosotros mismos, de dejarnos llevar, muchas veces nos perdemos de maravillosas oportunidades por seguir tantas teorías, tantas frases de “deja que te llame primero, deja que dé el primer paso, deja que aparezca, deja que te invite, no se acueste con él sino hasta la 5 salida” … Para mi hay una sola frase “Que todo fluya y que nada influya”. Los manuales los dejo para los ajuares de la casa que necesite un destornillador para armarlos, yo prefiero vivir mi vida, un día a la vez, haciendo todo aquello que me nazca, con lo que me sienta cómoda, si me caigo pues aprendo, si me va bien, lo disfruto. En conclusión, sentirse a gusto con una persona en el plano sentimental ya es lo suficientemente difícil como para ponerle reglas que lo compliquen.


Entonces, no sé si soy feminista, no sé si algún día lo seré, pero quisiera que un día no muy lejano logremos ver con equidad a los hombres, no como iguales porque somos completamente diferentes, pero sí que dejemos tantos prejuicios, paradigmas y reglas atrás, para solo ser un hombre y una mujer que deciden se felices juntos. No creo que sea difícil, lo complicado es borrar el casete de tantos tabúes con los que crecimos, de tantos roles que debía llevar cada quien, tantas listas de cosas permitidas, prohibidas, metas y planes por seguir, que al fin y al cabo no terminan siendo de nadie, sólo son fruto de las expectativas diarias que nos carga el mundo, pero nunca nos ayudan a llevarlas, tampoco nos dicen cómo conseguirlas y al final del día sólo nos reprochan de la peor forma el pensar y ser diferentes.  

Por todo lo anterior, hay que ser uno mismo, sentiré orgulloso de serlo, vivir fiel a sus ideales, instintos, sin etiquetas, sin miedos sembrados y con una única lista en mente, la que nosotros mismos nos permitimos escribir.

viernes, 7 de abril de 2017

Semana Santa: ¡Hora del exorcismo!

Para los creyentes es una práctica religiosa, para otros es expulsar un ente de una persona o de un objeto, significados hay muchos; para mi, es volver a tener mi tranquilidad, mi felicidad y mi mente en paz.

Todos y todas tenemos fantasmas, demonios, innombrables, sujetos o sujetas que no quisiéramos recordar y menos volvernos a encontrar; sin embargo, aferrarnos a esa negativa es impedir el crecer como personas, es bloquear la rueda del karma, sencillamente, es estancarnos.
Para poder hacer un exorcismo es necesario seguir unas etapas, cuáles en detalle, no tengo idea, pero cada año, en Semana Santa, me apego a las siguientes:

Domingo de Ramos: Entramos en la etapa de aceptación, sabemos que estamos en la inmunda, caídos en desgracia, llevados del putas y nos dejó caer, ya hemos hecho de todo, hemos seguido cada uno de los consejos, nos hemos emborrachado hasta el amanecer, hemos llamado a horas decentes y no decentes para pedir cacao, para madrear, para cantar la tabla, hemos hecho el oso, hemos pasado por las sabanas a raimundo y todo el mundo, también le hemos cogido pereza al amor y deseamos tener en vez de corazón, una nevera llena de cerveza. Mejor dicho, nuestro plan Detox ha sido una combinación de Hangover 1,2 y 3, el Lobo de WallStreet y Proyecto X.   
Sabemos que estamos mal, que tiene más remedio un machetazo en la cara, por eso cuando uno toca fondo lo único que queda por hacer, es subir.

Jueves Santo: Termina la Cuaresma, 40 días de ayuno, 40 días de recogimiento, 40 días de mierda, uno con tanto tiempo para pensar termina casi loco, aunque, en Cuaresma con ese ayuno se puede aplicar esa maravilla llamada la “lipotuza”. Después de esos 40 días uno ya la tiene clara, sabe que ha dolido, va a doler, pero no tiene ganas que siga doliendo, por eso, lo que no sirve que a otro le estorbe.

Viernes Santo: El Viacrucis, la pasión y muerte del sujeto de nuestros afectos. Son 14 etapas, entre ellas la condena, el peso del error, varias caídas, el apoyo de seres queridos, el despojo de los recuerdos, la muerte y finalmente la sepultura.

En este día miramos para atrás, únicamente para saber que allí no queremos volver. Analizamos todos y cada uno de los detalles que nos robaron felicidad, nos damos látigo por pendejos, a veces, hasta recaemos, pero, también descubrimos quien esta a nuestro lado por mas cansones que seamos, por más monotematicos, siempre estamos rodeados de personas dispuestos a darnos la mano una y otra vez. 
No obstante, para poder resucitar, hay que morir, para morir, es necesario dejar todo atrás, enterrar aquello que nos llevó a estar clavados en esa cruz. Sólo cuando mandamos al carajo todo recuerdo, es cuando sepultamos a nuestro yo actual.   

Sábado Santo: Después de morir, para poder regresar, es necesario tiempo, asimilación, digestión, requerimos lamer las heridas, recargarnos, reunir fuerzas. También, es necesario la soledad para escucharnos, entendernos, conocernos. Este día pueden durar las ordinarias 24 horas, o puede extenderse tanto como a su bien lo considere cada quien, es un proceso, una etapa, no una carrera y de este tiempo depende el éxito del exorcismo.

Domingo de Resurrección: Ahora sí que empiece la rumba, que se tenga el mundo porque volvimos recargadas, divinas, sabiondas y cero pendejas. Somos la mujer maravilla, sabemos qué queremos, dónde lo queremos y cómo conseguirlo.

En términos de tiempo, la Semana Santa puede ser exclusivamente esos 7 días, pero siempre se permite la prorroga, por un término igual o superior, todo depende de cada quien y de que tanto le cueste salir del hueco, reparar el daño, ver la luz y seguir adelante.

Este domingo, comienza Semana Santa, 3 días laborales, 4 libres, varias etapas por afrontar, no son fáciles, un exorcismo tampoco porque podemos quedarnos en una de ellas repitiendo una y otra vez el mismo patrón o se puede tomar la determinación de seguir adelante, con cicatrices, pero más fuertes. 

sábado, 18 de marzo de 2017

Llenarse de motivos

Frase poderosa que leí recientemente en el estado de Facebook de una persona que si bien considero no ha tenido una vida sencilla, esto no ha sido motivo para echarse a la pena.

Que tan desagradecidos, inconformes y quejosos somos, siempre hacemos un mundo frente a las simples carencias que tenemos, sean económicas, profesionales, personales o amorosas; casi siempre el vaso esta medio vacío, nos cuesta pegarnos de lo positivo que tenemos, bueno ya parezco Jorge Duque Linares en “Actitud Positiva” por el canal Uno, pero es cierto.

Personalmente no me ha ido bien en el plano amoroso y esto ha quedado ampliamente demostrado en mis anteriores publicaciones, sin embargo, el amor no es el único aspecto relevante en mi vida, tengo una familia que amo con todo lo que soy, disfruto mi trabajo cada segundo de esas 8 horas laborales diarias, mi vida en general esta bastante bien, obvio hace falta un socio, compañero, amor, o como quiera llamarse, pero ese no es el fin del mundo, quizá sea el comienzo de otro, porque viendo el panorama relacional que me rodea, prefiero estar en mi casa con un pote de chispetas viendo Netflix, a tener el alma en un hilo a causa de un sujeto que no es buena pareja. 


Continuando con aquello de amar la vida, basta con prestar atención a los detalles, porque en estos está la felicidad diaria, ¿Qué tan seguido decimos te amo aquellas personas que viven con nosotros? o para los que viven solos ¿Cada cuanto dicen gracias a quienes están a su servicio?, ¿Realmente prestamos atención a lo bello que nos rodea?, la lista es infinita, pero cada quien tiene sus motivos para ser feliz, para levantarse de la cama, para sonreír.
El arte de ser feliz esta en valorar aquello que es incalculable, a veces imperceptible y en ocasiones irrepetible, por ejemplo, la sinceridad de ciertas personas al acogerte en su vida, al aceptarte como eres, al no intentar cambiarte, al amarte sin tener un vinculo aparente; no obstante, ¿cada cuanto nos percatamos de ello?, si no es el/la novia/o no nos funciona, si no estamos en X o Y sitio, no nos sirve y así sucesivamente.

Mi punto es que no necesitamos tener una calamidad para valorar lo que hoy ya tenemos, únicamente, necesitamos verlo, nos urge darnos cuenta que lo tenemos, que esta ahí, que es nuestro, a veces que se repite; pero no, seguimos pegados en eso que nos falta, ¿En realidad nos falta?  O ¿La vida nos esta salvando?  Cuantas veces nos echamos a la pena porque algo no nos funciona y con el tiempo vemos que si hubiéramos seguido allí los daños hubieran sido mayores.     
Entonces, aprovechemos que recién llevamos 3 meses de este nuevo año, cambiemos el chip, prestemos atención a los detalles bonitos, busquemos los motivos para siempre estar felices, para sonreír, para brillar, dejemos atrás todo aquello que no nos hizo bien, que no nos valoró, que se fue sin explicación, que se murió o que simplemente ya no está.  

Ahora, si todo lo anterior no lo ha puesto a pensar, abra YouTube, busque todas las historias de esas personas que teniendo enfermedades, calamidades domesticas, desastres naturales y son felices, aman su vida y explican que esa situación es una bendición disfrazada de tragedia.

domingo, 5 de marzo de 2017

¿Se enamora esperando una devuelta?

Si y ¡qué! Vivimos en una sociedad donde el amor para muchos está sobrevalorado, a otros parece no importarle, para algunos es un tema cursi, básico y sin relevancia; pero, Albert Einstein dijo: “Si todo te da igual, estás haciendo mal las cuentas”.

¿A quién queremos engañar? Somos seres sociales por naturaleza, las emociones nos gobiernan, el amor nos da tres vueltas, sin embargo, vivimos para el rebaño, para ser uniformes, para encajar.
Piénselo, el grupo social de cada quien podría tener las siguientes divisiones, los enamorados, personas que tienen una relación, bonita, estable y duradera; los solteros empedernidos, aquellos que su libertad es su mayor posesión y no la negocian ni por todo el oro del mundo y están los importaculistas, viven el hoy, algunos se enfocan en su trabajo o su familia, pero el amor simplemente no les es relevante.
Yo he formado parte de los 3 grupos, no al mismo tiempo, pero si entiendo perfectamente el pensamiento de cada quien, lo que no entiendo, es la manera tan cruel como se limitan las emociones, como expresarlas es constantemente limitado, tener que aparentar que no se siente nada, que todo resbala es la regla, en serio, no me cabe en la cabeza. Cómo es posible que en pleno siglo XXI, luego de tantas batallas libradas por las libertades personales vivamos en un mundo tan extraño en el cual decir, sí me ilusioné, él no, jugó conmigo, me dolió, pero aquí estamos, sea un delito, te den calificativos de sensible, blando o sin carácter. ¿A qué horas tener corazón se volvió una causal de debilidad?

Yo soy un ser humano, mi corazón lo tengo para algo más que bombear sangre, lo tengo para sentir, para permitirle ser, para dejarlo que produzca todas las mariposas, las emociones, los nervios, las risas y hasta las lágrimas que su parecer considere.
Defiendo con todo lo que tengo a aquellas personas que todavía le apuestan al amor, que están nerviosas con una primera salida, que se llenan de dudas sobre si llamar o no, que son víctimas de esa ansiedad previa a los siguientes pasos. Las defiendo, si, lucho por ellas, también, porque soy una de ellas. Soy una persona que no me da miedo decir que cree en el amor, soy una enamorada de los detalles, disfruto ver a los enamorados, adoro la idea de un día, espero no muy lejano, poder sentir y ser reciproca de un amor así.

Ahora, estoy en contra de todos aquellos que tienen el amor en segundo plano, de los que se aprovechan de su belleza para obtener fines no muy nobles, detesto a los que fingen amor para conseguir sexo, atención, lujuria y salen corriendo ante la primer muestra de compromiso. Odio los que no son sinceros, ya no tenemos 15, ya la idea del príncipe azul la mandamos a recoger, queremos algo de verdad y queremos a alguien con los suficientes pantalones para decir, ya no te quiero.
¿Por qué se les hace tan difícil? No están matando a nadie, incluso podrían estar salvándolo, rescatando a una persona que podría estarse ahogando en dudas, preguntas sobre ¿por qué no llamó? ¿Qué hice que se desapareció? ¿Fue verdad todo lo que me dijo? ¿Me lo imagine? Ante el fantasmeo los cuestionamientos no se hacen esperar, son los primeros en tocar la puerta. Tantos interrogantes sin respuesta desequilibran a cualquiera, pero como todo nos debe resbalar, nada pasa, se fue, si, ¿Por qué? Quién sabe, dejándonos una única salida, pasar la página, pensar que después de uno siempre viene otro, mejor que el anterior. Aunque, en el fondo, sin aceptarlo públicamente, todo sería más fácil si tuviéramos una explicación, una razón que nos permitiera cerrar el ciclo, una, la más mínima para entender, aprender y decirle a esa persona gracias, cuídate y que tengas una bonita vida.





Lo anterior, sería el mundo ideal, es sencillo seguir adelante luego de una explicación, pero cuando no se tenga, igual toca pasar la página, recordar lo maravillosos que somos, sino todos tenemos amigos y estos ya valoran ese conjunto extraordinario de rarezas que somos, así que estaremos bien.

domingo, 19 de febrero de 2017

Seguro mató a confianza

2017, un nuevo año, sería una mala agradecida si diría que no comenzó con el pie derecho, descubrí que finalmente había logrado cerrar tantos ciclos, heridas, puertas y ventanas que tenía abiertas mucho tiempo atrás.


Dejar ir a ciertas personas nunca será fácil, siempre pesarán los recuerdos y con mayor fuerza si esas personas aún están presentes. Realizar esos cierres es necesario para avanzar, para cambiar y para llegar a esa meta que tenemos proyectada, no es sencillo, duele, dudamos muchas veces si es lo correcto, pero muy en el fondo sabemos que es lo mejor porque no somos los mismos que en un momento dimos entrada a esas personas, no pensamos igual, no tenemos los mismos ideales, tenemos una visión muy diferente de la vida y simplemente encajar es una cuestión de conflicto cuando antes era una situación natural.


Con esos cambios, hemos aprendido, hemos identificado qué queremos, cuándo lo queremos, por qué y para qué lo queremos, sabemos nuestros límites y los definimos perfectamente, sin embargo, no es taaaaaan natural como quisiéramos, sí tenemos más confianza en nosotros, tenemos más carácter, más fuerza, pero como todo en la vida, continuamos con aquellas características propias que nos hacen, a veces, muy buenos seres humanos y otras unos completos pendejos.



Mi punto flaco es mi buena fe, creer ciegamente hasta que me demuestren lo contrario, ser tan libro abierto, mostrar sin tapujos, vivir en la línea de “esto es lo que hay”, eso y ser noble o ilusa al pensar que de los demás recibiré en igual medida. Unas veces me ha ido bien, me he topado con personas con los mismos cojones para decir, sí este soy yo, si te sirve o no, no importa, no lo cambiaré ya que soy feliz así. No obstante, han sido otros bien maquiavélicos, que sólo buscan su fin, para ello se centran en saber quién eres, únicamente para mostrarte aquello que quieres y ya uno completamente confiado accede a eso.

Por lo anterior, me he puesto a pensar si valdrá la pena aplicar aquello de “seguro mato a confianza”, esto conllevaría, de nuevo, a proteger eso que soy con cuanto muro, coraza y muralla existente; aunque, hacerlo sería retroceder años atrás, volver a ser únicamente un ser racional, encerraría, otra vez, mi posibilidad de sentir, de expresar mis emociones, sensación que me ha hecho sentir libre, ser yo, me ha quitado muchos pesos de encima y hasta podría decirse ha eliminado la posibilidad de morirme de cáncer por no expresar a tiempo todo aquello que pienso y siento.

Entonces, para algunos pueden aplicar eso de “seguro mato a confianza”, otros “precavida más no prevenida”, mi posición personal, viva, sea, exprese, ame, ilusiónese, entregue, sea fiel a usted mismo, a sus instintos; al fin y al cabo, si lo decepcionan quienes pierden son los demás por no valorar ese maravilloso ser humano que es usted. Ahora, en el aspecto sentimental, nunca debemos olvidar que el amor es propio, si el otro no lo quiere recibir, simple y sencillamente se guarda para aquel que sí lo valore.
En conclusión, tarde o temprano llegarán esas personas transparentes como nosotros, con los demás el mismo instinto nos hará desconfiar, así que relax.