Para quienes me han etiquetado de esa manera, de todo
corazón, no sé si lo soy, no porque carezca de una posición frente al papel de
la mujer en el mundo, sino porque las más de las veces he visto de forma exagerada
como se utiliza este pensamiento, sea para atacar al género opuesto o para hacerse
las morrongas aprovechadas.
Considero que exageran porque pareciera que odiaran a los hombres, o que se valen de su posición de mujer y la supuesta
inferioridad con las que son tratadas para pasar por encima de los demás o
conseguir quien sabe qué, por el sólo hecho de ser mujer, tampoco estoy de
acuerdo con aquello de la doncella en apuros esperando que el príncipe azul las
rescate, esa actitud esta mandada a recoger desde el mismo momento en que una
mujer demostró su capacidad para ser independiente y brillar por sus propios méritos.
Menos entiendo cuál es el fin de situarse tras bambalinas en
una relación, nada de “tras de una gran hombre, hay una gran mujer”,
evolucionen, al lado de un gran hombre, hay una gran mujer, es el momento de
ser valientes, de no quedarnos calladas, no sólo con los grandes retos que
enfrentamos, sino con los pequeños también, comenzar nunca es fácil, pero es
mucho más sencillo cuando logramos mirar a los ojos a un hombre, sentirnos en
equidad y poder decir con toda franqueza que es un amor o que es un perfecto
idiota, sin ser clasificadas como dramáticas, empeliculadas o demás, ya que, únicamente
estamos haciendo uso de nuestro derecho a libre desarrollo de nuestra personalidad
y dicha etiqueta podría ser usada como ofensa a nuestra forma de pensar.
Tampoco le encuentro misterio alguno en decir a viva voz que
nos gusta el sexo, que lo necesitamos, que a veces tampoco nos enamoramos, que
no siempre estamos buscando al marido con quien vivir en la casa de reja
blanca, nosotras también los cogemos de parche, también nos aburrimos y las más
valientes también los abandonamos. No por ello es el fin del mundo, porque de
la misma manera que ustedes, tenemos todo el derecho de expresarnos. He visto
muchas mujeres hacerse las morrongas, siguiendo aquella frase de “los
caballeros las prefieren brutas”, por favor, sólo un cobarde preferiría a una
mujer bruta, por ende, la mujer que se encuentre con un tipo de semejante
estupidez siéntase afortunada de no tenerlo más en su panorama, un hombre de
verdad quiere una coequipera que salga adelante, que tenga metas propias, que no
le de miedo y que juntos puedan hacer un proyecto de vida, ya que, este hombre
entendió que si prefiere a la bruta, esta no será más que un adorno en la casa,
bastante costoso por cierto.
Estoy de acuerdo con aquellas mujeres que van por lo que
quieren, sea un trabajo, una profesión, un hombre, un hijo, un ideal o
cualquier situación que la mueva por dentro, personalmente, me enorgullezco de
decir que soy brillante en lo que hago, que amo mi independencia, no la cambio
por nada; así muchas se escandalicen y digan que me quedare solterona o que el
género opuesto va a salir corriendo, no tengo ningún problema en lanzarme a la
tarea de enamorar a un hombre, de llamarlo, proponerle los planes, decirle mis
sentimientos, también cantarle la tabla. Soy partidaria de dejar las teorías atrás,
de ser nosotros mismos, de dejarnos llevar, muchas veces nos perdemos de
maravillosas oportunidades por seguir tantas teorías, tantas frases de “deja
que te llame primero, deja que dé el primer paso, deja que aparezca, deja que
te invite, no se acueste con él sino hasta la 5 salida” … Para mi hay una sola
frase “Que todo fluya y que nada influya”. Los manuales los dejo para los ajuares
de la casa que necesite un destornillador para armarlos, yo prefiero vivir mi
vida, un día a la vez, haciendo todo aquello que me nazca, con lo que me sienta
cómoda, si me caigo pues aprendo, si me va bien, lo disfruto. En conclusión,
sentirse a gusto con una persona en el plano sentimental ya es lo
suficientemente difícil como para ponerle reglas que lo compliquen.
Entonces, no sé si soy feminista, no sé si algún día lo
seré, pero quisiera que un día no muy lejano logremos ver con equidad a los
hombres, no como iguales porque somos completamente diferentes, pero sí que
dejemos tantos prejuicios, paradigmas y reglas atrás, para solo ser un hombre y
una mujer que deciden se felices juntos. No creo que sea difícil, lo complicado
es borrar el casete de tantos tabúes con los que crecimos, de tantos roles que
debía llevar cada quien, tantas listas de cosas permitidas, prohibidas, metas y
planes por seguir, que al fin y al cabo no terminan siendo de nadie, sólo son
fruto de las expectativas diarias que nos carga el mundo, pero nunca nos ayudan a llevarlas, tampoco nos dicen cómo conseguirlas y al final del día sólo nos
reprochan de la peor forma el pensar y ser diferentes.
Por todo lo anterior, hay que ser uno mismo, sentiré orgulloso
de serlo, vivir fiel a sus ideales, instintos, sin etiquetas, sin miedos
sembrados y con una única lista en mente, la que nosotros mismos nos permitimos
escribir.
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