viernes, 27 de mayo de 2016

Yo también tengo miedo y ¡qué!

Soy mujer, soy profesional, soy independiente, soy bonita, soy inteligente, soy sensible, soy divertida, soy relajada, soy yo y este yo, tiene miedo...
Miedo, sí, temor, pánico, terror, me tiemblan las piernas, se me abre un hueco en el estómago y ahí es cuando se me olvida todo lo que soy, me vuelvo pequeñita, indefensa, insegura, inmadura y hasta torpe.
La razón de mi miedo, varía, no ser lo suficientemente inteligente, no tener el mejor promedio de calificaciones, no ser la más bonita, pero el mayor miedo, es sentirme sola. 

Hoy en día las mujeres debemos ser de hierro, inamovibles, insensibles y a veces hasta inhumanas, porque cualquier muestra de sensibilidad es tildada como debilidad; decir, tengo miedo a que jueguen conmigo, a que alguien se vaya, a ser engañada, todo eso nos hace complicadas, locas, cansonas y fácilmente nos convierten en material descartable. 
¿Cuándo fue que ser mujer se volvió tan difícil? Nosotras nos vemos obligadas a ser las súper mujeres para ser tenidas en cuenta, a estar en competencia permanente con nosotras mismas y siempre es imposible ganar. Debemos ser las profesionales exitosas, tener tiempo para mantenernos divinas, estar a la moda, tener cultura general, llevarle el ritmo al hombre, pero yo, ya me canse.

Estoy cansada de tener que ser la mujer 10 y aun así tener miedo de no poder expresar mis emociones, estoy harta de sentirme poco valorada por una sociedad que definitivamente ni sabe lo que quiere y lo que tiene no le sirve, un mundo donde ser de piedra es la mejor opción, las emociones es mejor dejarlas en el baúl y el cuerpo siempre es presa de los instintos; cualquiera que se salga de ese paquete, será muy chévere, pero no será suficiente, así las cosas, como dice Celia Cruz: "La vida es un carnaval y es más bello vivir cantando"
Entonces, si por decir lo que pienso estaré condenada a la soledad eterna, será un precio justo por mi tranquilidad.


miércoles, 11 de mayo de 2016

El sindrome de la Sirenita

La Sirenita, el cuento adaptado por Disney, en donde la princesa del océano renuncia a su vida marina, a su familia, a su cola y a su voz, por conquistar al Príncipe. Tan parecido a nuestra realidad, sin embargo, lo que la Sirenita no sabía era que para conquistar a Eric necesitaría algo más que belleza.
El síndrome de la Sirenita lo considero como aquel pensamiento femenino, en el cual se tiene la certeza que para conquistar sólo se requiere un par de piernas, error, tal como le sucedió a Ariel, hay que tener algo más que belleza, por ejemplo, algo que decir. Como sucedió en el cuento, Ariel logró llamar la atención de Eric, la llevo a vivir a palacio, pero de amor, nada; todos sabemos que ella en la cabeza tenía algo más que cabello, no obstante, al no darlo a conocer, lo único que veía el Príncipe era un recipiente vacío. Aclaro, este síndrome no ha sido objeto de estudio de ninguna universidad famosa, sólo es una ocurrencia de mi cabeza.


A pesar de lo antiguo que es el cuento, las películas y hasta la serie, el día de hoy pareciera que el enfoque de nosotras estuviera igual, la belleza, el físico y llamar la atención por el empaque. Grave la cosa, porque con una cabeza llena de humo no se nutren conversaciones, ni se crean momentos y menos se interesan personas; eso quedo claro en la película, porque en el momento que Ariel recobro su voz y hablo con el Príncipe, la historia de amor, nació.
Entonces, nosotras debemos hacer lo mismo, sí, ir al gimnasio es lo máximo, para la salud, la belleza y hasta para alimentar el ojo; vivir en la peluquería relaja y favorece nuestro círculo social; comprar ropa, zapatos, accesorios y demás, mueve la economía. Pero no se debe quedar ahí, si ya logramos ser buenas en nuestro trabajo, hablamos varios idiomas, estudiamos algún posgrado, incluso hemos salido del país, hay que hacer gala de ello y si el galán de turno se siente intimidado, ese no es, además, quien quita que el amor de la vida este en una librería.

Ahora, tampoco es que este diciendo que nos debemos volver unas come libros, letradas y súper estudiadas, no, las bobadas o los chistes sin sentido también hacen interesante a una persona, aunque, una broma con un buen vocabulario o un juego de palabras, seguro suma más puntos. En consecuencia, si por el empaque llamamos la atención, que sea el contenido quien determine lo que realmente somos. 


martes, 10 de mayo de 2016

Cicatrices

Ya ni recuerdo el día de la semana, pero de una cosa estoy segura, viernes no era. Fue una de esas noches en las cuales el sueño es liviano, cualquier ruido despierta y justo una hora antes de tenerse que levantar, miramos el reloj y nos damos cuenta que podemos dormir 60 minutos más. Con lo que pasó, mejor me hubiera levantado. Fueron necesarios 60 minutos para agrandarme las ojeras, quitarme la calma y fijarme un pensamiento para todo el día, sí, es lo que están pensando, eso tiene nombre, apellido, profesión y hasta apodo.
Los contextualizo, banda sonora: Faded, Alan Walker, estado de ánimo, pésimo, ganas de salir de la cama, inexistentes, esperanza para acabar bien el día, ninguna. Saco fuerzas de donde no hay, busco en el armario la mejor pinta posible, porque la procesión se lleva por dentro, primero muerta que sencilla y con mi suerte podría conocer al amor de mi vida justo el día en que no debía salir de la casa.

En ese lapso de tiempo entre las 5 y las 6am de ese día en la semana que no recuerdo, luego de haber llorado, madreado, adelgazado, bebido, comido, entrenado y finalmente salido de esa tuza tan espantosa, mi bello subconsciente le da por sacar la basura, con un lindo y rosado sueño; a buena hora le dio. Del sueño/pesadilla recuerdo ya muy poco, sólo sé que fue lo suficientemente real para por un momento tirarme de nuevo al piso, regresarme al día en que las dudas eran más que las respuestas y donde la única solución viable era el tiempo, sin embargo, cuando alguien se va sin decir adiós, sin explicar, sino que simplemente desaparece, la herida casi nunca cierra, deja de doler, pero sana no está, porque al menos yo, para cerrar el capítulo y hasta quemar el libro necesito que me digan la verdad, por más dolosa que esa sea. En este caso no fue así, el sujeto desapareció y a pesar de estar en un radio de 500 metros a la redonda, se cumple aquella frase que dice: “Cuando el destino los separa, ni estando frente a frente se verán”. 

En el primer momento libre de esa mañana, le escribo a mi mejor amiga, porque tengo el agüero de que sueño que se cuenta, sueño que no se cumple, créanme cuando les digo que con un sujeto así ni a la esquina y que Dios me libre. Luego de relatarle con lujo de detalles el motivo de mi intranquilidad y cuestionarme si en una vida pasada queme un convento, secuestre una monja o mate un cura, miro a la persona en la cual me he convertido 3 meses después, en términos generales me gusta, es ahí donde entiendo que así me haya dolido lo que pasó, era necesario para ser quien soy ahora y por más que muchos crean que no lo vale, el innombrable merece las gracias, ya que me empujo a dar el primer paso hacía el ser humano que soy ahora. 

Y sí, no tiene nada de malo decir que dolió, porque el hecho de que duela significa que fue importante, por ende, no merece ser echado al olvido, tampoco es justo hacerse de piedra y menos cerrarse a nuevas oportunidades.
Cuando nos abrimos a los demás mostrando que hemos sentido, sufrido y aprendido, logramos que el otro vea quienes somos realmente, con esto obtenemos un vínculo muy fuerte o descubrimos las verdaderas intenciones del otro.

Para dejarte en visto

La tecnología de la información moderna, Facebook, Whatsapp, Twitter, Instagram, facilitan nuestra vida, hacen más sencillas las tareas diarias, pero, en ocasiones extrañamos las llamadas, las visitas y aquellos detalles en vivo y en directo que nos dejaban sin aliento.

Pausa, no todo es malo, gracias a estas bellezas podemos tener una idea de esa persona la cual recién conocimos, sus gustos, preferencias, música, lugares favoritos y con esto tener un medio plan de conquista, tampoco es ser los stalker nivel 2.0, pero una ayudita no cae nada mal.  
Actualmente, conocer a alguien en ocasiones esta al alcance de un click, con la colaboración de aplicaciones que miden los niveles de compatibilidad, la cercanía entre una persona y otra o simplemente las características físicas que le gustan a cada uno.

Lo anterior esta muy bien, tecnología en pro de la socialización, sin embargo, ¿Qué sucede luego del "me gusta, mach, crush o el like"? 
Por conducto regular, se intercambia el número de teléfono y comienzan las conversaciones por Whatsapp, en sus inicios es algo similar a una entrevista de trabajo, ¿qué haces?, ¿de dónde eres?, ¿qué te gusta?, ¿estás en una relación?, ¿buscas algo serio?; superada esta etapa y con la confluencia de gustos similares, continua el plan de conquista, los mensajes de buenos días, buenas tardes, buenas noches, ¿ya comiste?, ¿cómo te fue?, mariposas en el estomago y pequeños infartos cada que el celular suena y notifica un mensaje entrante del sujeto en cuestión.  
Todo iba muy bien hasta que llega el odiado, madreado e insultado, doble chulito azul, en ese momento, ese castillo de naipes basado en ilusiones se viene al piso y el sujeto en cuestión pasa de ser aspirante de novio a cafre mal nacido. Ahí,  es donde iniciamos todo un imaginario de razones por las cuales este sujeto no contesto y nos dejó, en visto, ingeniamos maneras de llamar su atención como publicar fotos, cambiar el estado, modificar la foto de perfil, pero todo esfuerzo es en vano, el sujeto sigue dejándonos en azul, nos queremos morir, rasgamos nuestras vestiduras y hasta hacemos comité de apoyo para despotricar del pobre tipo. 

Siendo víctima de lo anterior, no sólo por sujetos con fines amorosos, sino por amigos y hasta por mi mamá, pensé, el celular hoy en día es un objeto de primera necesidad, a la hora de salir están, las llaves, la billetera y el celular, cada año buscamos mejorar el modelo e incluso le compramos accesorios para protegerlo; entonces, ¿Por qué es tan difícil contestar un mensaje?, ante esta pregunta, di muchas vueltas, cantaletee a varios de mis amigos e incluso enloquecí a mis amigas cercanas. Pero un día, cuan película de Hollywood, vi la luz, una lista de reproducción en una plataforma de streaming llamada "Para dejarte en visto", su imagen doble chulito azul, sus canciones bastante animadas y con una invitación clara,  seguir con la vida independientemente de la ignorada.
Dicha revelación divina logro en mi un cambio, desactive las confirmaciones de lectura en mi Whatsapp, aprendí a identificar cuando mis amigos cercanos me dejan visto por elevados, otros por ocupados y los demás porque simplemente les dio la gana.
Es por esto que hago dos invitaciones, la primera a relajarnos, a cogerla suave, a fluir, la vida es muy complicada para estresarnos por una conversación, si acaso tenemos algo urgente pues llamemos a esa persona y así no perdemos tiempo esperando que responda, ahora, si luego de la llamada perdida no la regresa o no escribe, es muy probable que lo estén ignorando. 
La segunda, pese a ser nativos tecnológicos, aún son muchos que tienen el celular de adorno, con esos paciencia.

Personas en estado de emergencia PERMANENTE

Todos los seres humanos tenemos esos pequeños detalles que nos vuelven altamente insoportables y muchas veces la crueldad del mundo nos aisla por no saber llevar nuestras bellas personalidades... ¡Ay! pobrecitos, que pecao, el mundo es cruel y nos maltrata, ¡Mentira!.
El mundo es una suma de muchas personas las cuales también tienen sus pendejadas y entre tanto ser humano, uno siempre encuentra quien tolere y ame todas esas imperfecciones.

Sin embargo, el tema que nos ocupa el día de hoy es estas bellas, adoradas, hermosas personas que todo el día, todos los días, todas las semanas, meses y años viven en un estado de emergencia permanente, para que me entiendan mejor  los voy a intentar definir, persona en estado de emergencia permanente, dícese del individuo de la raza humana para lo cual todo es urgente, importante e impostergrable, para dicho sujeto la vida transcurre en un ya, es una mezcla entre ansioso controlador hiperactivo. Dicho espécimen pide constatemente que lo entiendan y le tengan paciencia, ya que las neuronas en su cabeza nacieron en alerta roja.
Estas personas les enerma de sobremanera el "no puedo, estoy ocupada, para otro día y el más odiado: No joda tanto".
Encontrarse con estos sujetos puede ser estresante, toda vez, que ante sus urgencias no tienen problema en desorganizar las agendas y quehaceres diarios de sus receptores, adicionalmente cuestionan constantemente el estado de la actividad solicitada, mejor dicho, con ellos es recomendable dejar lo que se este haciendo y volar ayudarles, de lo contrario lo tendrán en el cuello durante el tiempo que les tome realizar lo solicitado. 



Con una idea más o menos clara del sujeto que defino, viene mi hijuep****, sujeto en estado de emergencia permanente, no se si tus progenitores te concibieron a la carrera, corriendo o de afán, pero, cógela suave, la vida es muy corta para vivirla sin disfrutar los días, no sólo los tuyos, sino también permite que los demás lo hagan. Tu estado de alerta constante de verdad nos estresa, nos hace cogerte pereza y en ocasiones nos hace evitarte. Entendemos que eso hace parte de tu personalidad, que no lo puedes cambiar, pero estamos seguros que lo puedes controlar o al menos pulir, comprate una de esas peloticas suaves para el estres, practica la meditación o no sé, vete de retiro espiritual permanente al Tibet. El mundo no gira a tu alrededor y nosotros no tenemos personalidad de satélite, tenemos vida propia, organizada y bastante tranquila, suficiente con tener que lidiar diariamente con la situación actual del mundo, para sumarle más estres.
Tranquilo, no es tan malo, a ratos te entendemos, sabemos que tus neuronas están tan ocupadas generando ideas brillantes, que no te permite darte cuenta del mundo que te rodea, es por ello que nosotros, los demás seres humanos tratamos de tenerte paciencia y hacer de un chiste tus emergencias, entonces no te enojes, es nuestra manera de lidiar contigo.


lunes, 9 de mayo de 2016

Quien soy...

Quizá las primeras personas que lean esto serán quienes me conozcan y sepan que mi mejor manera de decir las cosas es escribiendo, es por esto que decidí sacar a la luz muchos de los pensamientos que rondan mi cabeza, pero que por prudencia, protección o simple bobada no me atrevo a decir.
Para aquellos quienes no me conocen y es la primera vez que me leen, soy una mujer como cualquier otra, con ganas de decir lo que muchas otras quizá no se atreven, pero mueren por decirlo. Aquí encontraran las historias de mi vida cotidiana, la manera como me gozo la vida y los constantes osos de mi día a día.
El nombre de La Irreverente, nació de la poca aceptación que tiene la sinceridad en la sociedad actual, ya que muchas veces la tildan de grosería, impertinencia o falta de respeto, cuando en el fondo, es poca tolerancia a la verdad.
Aquellas personas que se atreven a decir lo que piensan son constatemente tildadas de soberbias, egocéntricas o simplemente mala clases; pero yo no tengo problema con ser una hija de p***.
Las verdades a las que me refiero, para algunos no serán mucha cosa, pero para otros serán un todo o tal vez, sean las palabras que describan lo que están viviendo; es por esto que me anime a escribir, porque lo que me pasa a mi, muy posiblemente le pase a muchos.