El heroico villano: Mi papá

19 de junio de 2016, en Colombia, día del padre…

Según un estudio donde participo la Universidad de La Sabana, se indicó que, de cada 10 niños, 1 o 2 no viven con sus dos padres y somos el país de América Latina con más madres solteras. Alentador el panorama para un día como hoy.

Mi heroico villano, existe, tiene nombre, apellido, profesión y una historia, el pobre nació sin el gen de la paternidad, creo que cuando yo estaba chiquita si me cargaba, estoy segura de que me miraba como si fuera un arma de destrucción masiva la cual acabaría con el planeta entero, pero no, yo era una niña normal. Al ser hija única durante un largo tiempo tuve a mi alrededor la atención de 3 mamás y medio papá, por ello no sentí, hasta ahora, ese hueco de no tener un papá completo, que fuera el mío, aquel al cual decirle que era mi súper héroe, el amor de mi vida o mi hombre favorito; yo tenía a mi mamá, mi abuela, mi tía y mi abuelo, pero para el rol de papá tenia aquel ser humano que por presión iba a las reuniones escolares, a los días de padres e hijas y nunca sabía que decirme.

Con el paso de los años, preferí aprender hacer muchas cosas sola, ya que él tenía la mejor intensión de enseñarme, pero no era constante o no estaba, paso con la bicicleta, supe lo básico, pero perfeccioné la técnica sola, aprender a manejar, los gustos en común y muchas otras situaciones en las cuales, ante su ausencia, las disfrute con alguien más. 

Un día como hoy, decidí dejar los lamentos, yo sí tenía un papá, uno salido del molde, pero papá, al fin y al cabo. La mayoría de los bebés al decir su primera palabra es: papá, la mía fue el nombre del perro de la casa, casi todos los que conozco ven a su papá como un súper héroe, pero el mío es un heroico villano, él sabía cómo era el mundo al que me iba a enfrentar y por ello me ha dado las lecciones más importantes.

Con mis muñecas, no se sentaba hacerles la peluquería o vestirlas de acuerdo a la ocasión, pero me enseñó armar la casa, la cocina, el avión y hasta la finca; porque una mujer indepediente no se puede embalar por el hecho de no tener un hombre que le organice un trasteo

Para andar en bicicleta, primero debía revisar que las llantas tuvieran aire, los espejos estuvieran alineados, la cadena con la tensión suficiente, el sillín estable y la ruta definida, porque el equilibrio y el pedaleo se facilitan, si lo anterior está en orden.

Nunca vio muñequitos conmigo, pero nos creíamos Bob el Constructor con cada reparación casera, con ello se diferenciar un tornillo de un clavo, una llave inglesa a una llave fija, los tipos de brocas, como clavar un clavo sin machacarte los dedos, la forma de magnetizar un destornillador. Así que, maridos en alquiler, no necesito de sus servicios.

Antes de enseñarme a manejar el carro, me enseñó cómo funcionaba, sus partes, la mecánica, cómo cambiar una llanta, identificar qué ruido corresponde a qué, la dinámica de la combustión interna, el árbol de levas, el radiador y la caja de cambios. Gracias a esto decir que se me pincho una llanta, no me estresa.

Siempre le gustaron las motos, la adrenalina y quiso transmitídmelo, por ello cuando tenía 8 años era él quien iba de parrillero en una Suzuki 80, ya con esto quien quisiera andar en bicicleta. Más adelante, me preparo para ser la mejor parrillera, entender la dinámica de la moto independientemente cual fuera el cilindraje y no tener miedo si llueve, porque todo hace parte de la aventura.

Por esto digo que mi papá es un heroico villano, fuera de serie, salido del molde, quien me enseño independencia, berraquera, fuerza, me enseñó que tengo voz, opinión, voto, aprendí por él que podía hacer muchas cosas sola, a no esperar nada de nadie, pero que así no estuviera el 100%, siempre tendría su apoyo y su “se feliz sin importar como”. 

Así las cosas, gracias papá por ser tú, por no ser como los demás padres, por hacerme diferente, por ausentarte, pero siempre regresar, por ponerme en la situación de ser fuerte, de valerme por mi misma y nunca necesitar de ese “tu puedes”, porque por vos, sé que puedo.