Por vainas varias que me pasan en mi día a
día, recordé un blog el cual leía y me sentía identificada, puntualmente me transporté
a una entrada titulada: “El novio, una especie en vía de extinción”, el blog es
“A diestra y siniestra” y el link es el siguiente:
El punto de la autora es que como su nombre
lo indica amar esta escaso, cada día nacen nuevas denominaciones para las
relaciones abiertas y cerrar el trato es prácticamente imposible. Dicho escrito
es del 28 de julio de 2011, hoy 8 de junio de 2016, casi 5 años después, puedo
decir que “el novio” se extinguió, muy a pesar de todas y cada una de las románticas
enamoradas del amor, ese espécimen es un ser mitológico que pronto estará en
los museos. Lo de hoy es movernos en dos variantes, Friendzone o Sexzone.
La Friendzone, lleva un tiempo incurriendo
en el mercado, a veces amada, otras veces odiada, pero nunca olvidada, se
define como aquel país al cual entras, pero nunca sales, allí somos enviados
con o sin nuestro consentimiento por aquellas personas para las cuales nos
faltó un centavo para el peso, porque somos lindas, chéveres, inteligentes,
independientes, pero simple y sencillamente no hubo click, ante eso, empaque y vámonos,
porque si hay algo peor que la Friendzone, es que nos quieran a medias o ni
sepan que quieren de nosotras, ya que el click es o no es, blanco o negro,
gustas o no; aunque, tipos tibios hay muchos, pero no se dejen engañar de la carreta.
La Sexzone, un poco más divertida y picante
que la anterior, pero para la cual hay que tener una madures mental
considerablemente alta y el corazón en un congelador. Dícese de aquella circunstancia
de la vida, donde a punto de inmolarnos a causa del verano que ya va en
calentamiento global, con daño del 70% de la capa de ozono, decidimos
entregarnos a los placeres de la carne y pasar por las sabanas a todo aquel espécimen
que nos llame visualmente la atención. En principio, suena interesante, sin
embargo, con el paso de los días, los meses y los años, ocurre al igual que en
la oferta y la demanda, a menor precio, mayor consumo, por ende, no es que se esté
muy cotizada, es que es de muy fácil acceso; esto poco a poco repercute en el ánimo
de la persona y en casos extremos afecta su autoestima.
Teniendo claro panorama y habiendo estado
en ambos lados de la barrera, una y mil veces prefiero ser friendzoneada, ya
que así tendría valor quien soy como persona, podría disfrutar del otro por quién
es, disfrutar de la vida sin matarme la cabeza con ¿Cuándo volverá aparecer? Y otras dudas recurrentes que nacen de la
Sexzone; sobre todo porque hay momentos en la vida donde la tranquilidad vale
oro, pero el costo es ser sinceros consigo mismos, defender lo que realmente
queremos así seamos tentados una y mil veces con fantasmas que nada bueno
traen, finalmente decir, no gracias, estoy mirando.
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