El mundo se volvió pequeño, las distancias
eternas pasaron a ser horas de avión y los recorridos ya se suman en millas; lo
anterior hace que, nosotros, la generación de adultos jóvenes, seamos más
viajados, recorridos y tengamos sed del mundo, por ende, es común ver a partir
a nuestros amigos hacia uno o varios países por un término fijo o quizá de
manera indefinida… Sin embargo, no por ser común uno se acostumbra a despedirse
de alguien que ha sido parte de tu vida, ha compartido tus alegrías, tristezas,
rabias, locuras y todas aquellas emociones que de una u otra manera nos hacen
hueco en el corazón, vacío en el estómago y millones de lágrimas en los ojos.
Hoy con los ojos encharcados y la vista distorsionada
a causa de las lágrimas, dedico esta entrada a una persona hipermegaespecial e
importante en mi existencia, esta mujer que en pocos días dejará la comodidad
de este país al que llamamos hogar para vivir una aventura nueva, conocer
culturas, calmar el hambre de mundo y demostrarse a sí misma que es capaz.
Pero esto, no es una tuza, es un hibrido
entre la tristeza por ver partir a alguien, combinado con la alegría y el
orgullo de ver cumplir un sueño. Quienes han viajado entenderán que cortar las
alas a quiere volar es un sacrilegio y por más que quedemos más aburridos que
un tiburón entre un tetero, nuestro mejor amigo será Facetime, Skype, las
llamadas de Whatsapp y hasta el video chat de Facebook, para así poder
compartir con esa persona algunos de los momentos donde quisiéramos tenerlos al
lado.
Entonces a ti personita de mi vida que te
vas… Vive, lucha, sueña, pelea, defiende tus puntos de vista, tus ideales y tus
metas, estaremos lejos, no nos veremos en un tiempo, nos extrañaremos, quisiéramos
que las cosas fueran diferentes, pero ambas tenemos la certeza que esto es lo
correcto y lo necesario. Sabes que contaras conmigo donde quiera que estés,
independientemente si el horario es imposible, los climas diferentes y hasta el
idioma sea otro, en todo momento estaré disponible, para lo que sea. Es tiempo
que vivas tu vida sin anclarla a nada, a nadie, sin miedos, sin inseguridades,
con la energía puesta en lo que quieres llegar a ser.
Nunca se te olvide, somos como los Scout: “Siempre
listas, siempre presentes”; te quiero con el alma y aquí siempre estaré.
A ustedes quienes leen este blog, quisiera
pedirles un favor, recuerden a todas esas personas que quieren y que están
lejos, llámenlas, escríbanles, expresen todo lo que sienten por ellas, muchas
veces nos quedamos callados, por bobos, por miedosos, por no hacer el oso, sin saber
qué, al mostrar nuestro lado humano, nuestro corazón, es cuando más acercamos
aquellos que queremos. Ah, también gracias por leer todas y cada una de las
ocurrencias de mi día a día.
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